¿Qué hay de malo en el Rock Cristiano? – Parte 5

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Samuele Bacchiocchi - Doctor en Teología

(5) La música Rock y la Biblia

Quizás el aspecto de más importancia de la defensa del rock "cristiano", es la apelación a ciertos textos de la Biblia para defender el uso de tal música para el culto de la iglesia y el evangelismo. La asunción prevaleciente es que la Biblia sanciona el uso de música rítmica, de baile e instrumentos de percusión para el culto divino.

En su libro The contemporary christian music debate (El debate de la música cristiana contemporánea), Steve Miller escribe: "La observación más llamativa del culto bíblico de adoración es su riqueza en la variedad y sus pocas restricciones en la forma". (39) Él continúa enumerando la variedad de instrumentos, volúmenes y sonidos, adoradores, maneras, situaciones, ocasiones, horas del día, posturas, y estados de ánimo mencionados en la Biblia. Él concluye su investigación diciendo : "Pueden indicarse varias implicaciones acerca de la presente controversia. Primero, nuestro Señor creativo ha permitido a Sus criaturas ejercer gran creatividad en el culto. Y la Palabra de Dios ni siquiera nos restringe al listado de formas mostrado en la Biblia". (40) Sorprendentemente, Miller ignora que la Biblia es muy restrictiva respecto de la música e instrumentos a ser usados para el culto divino.

El mismo punto de vista se encuentra en la literatura Adventista. En su artículo "Sing the song of gladness" (Cantad canción de Alegría) que apareció en Ministry (Ministerio adventista, en inglés) (Septiembre de 1996), Anita J. Strawn de Ojeda arguye que, como nosotros hoy, las personas en tiempos bíblicos adoraban al Señor alabándolo con "tamboriles, instrumentos de cuerdas, órganos, arpas, címbalos, liras, trompetas, y salterios. . . . Primera de Crónicas 13:8 nos dice que David y los israelitas tocaron sus instrumentos ante Dios con toda su fuerza… Si mi pie golpetea o mis manos aplauden durante una canción, yo estoy cantando con ‘toda mi fuerza.’ Es decir, mi ser entero está involucrado".(41)
"Si David hubiera estado escribiendo hoy, ¿habría dicho, ‘Alábenle con tambores y aplausos; alábenle con guitarras, y banjos, y sintetizadores; alábenle con tambores poderosos; alábenle con la guitarra eléctrica"? (vea Sal 150:3-5) Poniéndolo todo en el contexto, él lo más bien puede haber dicho algo similar a esto". (42) Es esto realmente lo que David diría hoy con respecto a la alabanza a Dios durante el servicio divino? Una mirada más de cerca al ministerio musical establecido por David muestra otra cosa.

La respuesta. Este argumento popular se examina sobre todo en el Capítulo 7 "Principios bíblicos de la Música" dónde yo inspecciono las enseñanzas bíblicas con respecto a la música. Aquéllos que recurren a fraseología bíblica para alabar al Señor con una variedad de instrumentos y volumen para justificar hoy el uso de la música rock ignoran dos puntos importantes.

Primero, en la mayoría de los casos el lenguaje de alabanza es figurativo y difícilmente permite ser aplicado literalmente al servicio divino en la Casa de Dios. Por ejemplo, Salmo 149:5 anima a que las personas alaben al Señor en "las camas". En el versículo la alabanza debe ser hecha con "espadas de dos filos en las manos." En los versículos 7 y 8 el Señor debe ser alabado por castigar al pagano con la espada, atar a los reyes con cadenas y poner a los nobles en grillos. Es evidente que el idioma es figurativo porque Dios difícilmente esperaría que la gente lo alabara durante un servicio divino estando de pie o saltando sobre las camas o mientras mueven una espada de dos filos.

Lo mismo es cierto para Salmo 150 que habla de alabar al Señor "por sus proezas " (v. 2) en cada lugar posible y con cada instrumento musical disponible. El lugar para alabar al Señor es "su santuario", y "su firmamento magnificente" . Los instrumentos incluyen ocho instrumentos familiares.

Este salmo sólo tiene sentido si tomamos el lenguaje como altamente figurativo. Por ejemplo, no hay ninguna manera en que el pueblo de Dios en la tierra pueda alabar al Señor "en la magnificencia de su firmamento". El propósito del salmo no es especificar el lugar y los instrumentos a ser usados para la alabanza durante el servicio divino, sino para invitar a todo lo que respira o hace algún sonido para alabar al Señor en cualquier lugar. El salmista está describiendo con un lenguaje altamente figurativo la actitud de alabanza que debe caracterizar al creyente en todo momento y en todo lugar. Pero interpretar este salmo como una licencia para bailar, o para tocar tambores en la iglesia, es mal interpretar su intención.

Un segundo punto importante ignorado por aquéllos que creen que la Biblia los autoriza a tocar cualquier instrumento y música en la iglesia es la distinción bíblica entre música secular producida para entretenerse y la música sagrada ejecutada en la Casa de Dios. Como se muestra en los Capítulos 6 y 7, la música e instrumentos utilizados para alabar al Señor fuera del Templo durante las celebraciones festivas era diferente de la música ejecutada dentro del Templo. Los instrumentos como tamboriles, flautas de cualquier tipo, y pífanos no podían ser utilizados en el Templo debido a su asociación con la entretención secular. El mismo principio también se respetó en la sinagoga y la iglesia temprana dónde no se permitió instrumentos de ningún tipo.

Si los instrumentos y la música asociada con entretención social (religiosa) hubiese sido usada en la Casa de Dios, los israelitas se habrían tentado en convertir su lugar de culto en un lugar de entretenimiento, como a veces pasa en algunas iglesias hoy. Para impedir que esta cosa sucediera, los instrumentos y la música asociadas con entretenimiento fueron excluídas del Templo, sinagoga, e iglesia temprana. Es la ignorancia de estos hechos que lleva a las personas a creer que la Biblia sanciona el uso de la música rock para el culto y la evangelización. La lección de las Escrituras e historia es evidente. La música, como el rock, que está asociada con la entretención secular está fuera de lugar en la Casa de Dios en que nos reunimos para adorar y no para ser entretenidos.

(6) El papel de Lutero

Un argumento popular utilizado para defender la adopción de melodías rockeras para la música de la iglesia hoy en día es la suposición respecto del préstamo de música secular por parte de los compositores cristianos en el pasado. Anita J. Strawn de Ojeda escribió en Ministry (Ministerio Adventista, en inglés): "La historia muestra que los compositores cristianos pidieron prestado elementos de la música secular". (43) Ella se refiere específicamente a los cristianos primitivos y a Lutero. El razonamiento es que si los cristianos en el pasado adoptaron y adaptaron la música secular para el uso de la iglesia, nosotros podemos hacer lo mismo hoy.

El ejemplo de Lutero se cita a menudo debido a su enorme influencia en introducir el canto congregacional en la época de la Reforma. Steve Miller escribió: "Los modelos para sus [de Lutero] letras fueron las baladas populares de su tiempo. Las melodías se pidieron prestadas de las canciones folklóricas alemanas, la música de las masas, e incluso un himno a María. Lutero no se preocupó por la asociación u origen de las melodías mientras tuvieran la habilidad de comunicar la verdad". (44)
En una idea similar, Michael Tomlinson escribió en Ministry : "Eliminar las raíces seculares de la música cristiana significaría decir adiós a los himnos de Martin Lutero cuya música se pidió prestada de las melodías folklóricas seculares alemanas . (45)

La respuesta. En vista de la popularidad de este argumento, tomé tiempo en el Capítulo 2 para investigar si es verdad que Lutero pidió prestadas del secular, las melodías populares de su época para componer sus corales. Lo que yo encontré es que este argumento es tan engañoso e inexacto como los anteriores mencionados hasta ahora. Permítame mencionar aquí sólo tres hechos, ya que el resto de la información está disponible en el Capítulo 2.

Primero, de los treinta y siete corales compuestos por Lutero, sólo una melodía proviene directamente de una canción folklórica secular. Quince fueron compuestos por el propio Lutero, trece provinieron de himnos latinos o música utilizada para el servicio de la iglesia, dos habían sido originalmente canciones de peregrinos religiosos, cuatro derivaron de canciones religiosas folklóricas alemanas, y dos son de origen desconocido.(46) Lo que la mayoría de las personas ignora es que aún la que se tomó prestada de una canción folklórica, que "aparecía en el himnario de Lutero de 1535, fue reemplazado más tarde por otra melodía en el himnario de 1539 . Los historiadores creen que Lutero la desechó porque las personas la asociaron con su texto secular anterior". (47)

Segundo, Lutero cambió la estructura melódica y rítmica de las melodías que él pidió prestadas de las fuentes seculares para eliminar cualquier posible influencia mundana. En su erudito libro, Martin Luther, his music, his message (Martín Lutero, su música, su mensage), Robert Harrell explica,: "La manera más eficaz de negar la influencia mundana sería ‘modificar el ritmo’ de la música. Al evitar las melodías bailables y ‘modificar el ritmo’ de otras canciones, Lutero logró un coral con un ritmo marcado, pero sin los componentes que recordarían a las personas el mundo secular. Tan exitoso fue el trabajo hecho por Lutero y otros músicos luteranos que los eruditos a menudo no fueron capaces de descubrir los orígenes seculares de los corales. La otra manera con que Lutero buscó quitar las asociaciones seculares de la mente de la congregación fue a través del uso de las Escrituras y las alusiones bíblicas en los textos. Al llenar sus corales de la Palabra escrita, Lutero buscó dirigir los pensamientos de su pueblo hacia la Palabra Viviente". (48)

Harrell concluye su bien documentado estudio, diciendo: "Un estudio de los corales de Lutero revela dos hechos importantes sobre el uso que Lutero hacía de elementos seculares en su música sagrada: (1) aunque tenía mucha música popular disponible, desde canciones de tabernas, pasando por canciones para bailar hasta canciones religiosas folklóricas y villancicos, Lutero escogió sólo aquellas melodías que mejor se prestaban para sagrados temas y evitaban las melodías vulgares, las ‘canciones retozonas de taberna’ y las bailables. (2) Ningún material que Lutero usó para un coral permaneció inalterado, salvo el único caso señalado previamente. Más bien, ‘él probó cuidadosamente las melodías que él consideró , y cuando fue necesario las amoldó a conveniencia. . . . Las alteraciones fueron hechas libremente ".(49)

Tercero, Lutero hizo arreglos musicales para jóvenes de su época de una manera que los apartase de la atracción de la música mundana. Esto no puede decirse de la música de rock "cristiano" de hoy que retiene la melodía y el ritmo del rock secular. Lutero explicó por qué él cambiaba los arreglos musicales de sus canciones: "Estas canciones fueron arregladas en cuatro partes por la única razón que yo deseaba apartar a la juventud (quienes podrían y deben ser instruidos en música y otros bellas artes) de las canciones de amor y composiciones carnales y para darles algo edificante que aprender a cambio, para que ellos puedan entrar con alegría en lo que es bueno, conveniente a la juventud". (50)

A la luz de estos hechos, cualquiera que usa la declaración de Lutero "Por qué el Diablo debiera tener todas las buenas melodías?" para defender el uso de la música rock en la iglesia, debiera saber que el argumento se niega claramente por lo que el propio Lutero dijo e hizo. El uso de la música secular que hizo Lutero no nos enseña a sanear la música rock que promueve el sexo, las drogas, y la violencia, sino a escoger la mejor música de nuestra cultura a cambio y hacerla un vehículo digno para comunicar la Palabra de Dios. ¡Qué ejemplo maravilloso tenemos en Martin Lutero! ¡Y cuan groseramente distorsionado ha sido el ejemplo de Lutero por aquéllos que desean legitimar el uso del rock para la adoración y la evangelización!

(7) La música de la iglesia y la teología Adventista

El debate existente por el uso de música contemporánea en el culto Adventista se basa principalmente en gustos subjetivos o tendencias populares. Pero la música y estilo del culto de la iglesia Adventista debieran reflejar su mensaje único y misión profética. Los Adventistas no debieran admitir pasivamente (sin crítica) el estilo del culto de otras denominaciones. En su libro And worship Him (Y adorémosle), Norval Pease, mi ex-profesor de adoración en el Seminario Teológico Adventista de la Universidad Andrews, declara: "Nosotros somos Adventistas, y debemos acercarnos a la adoración como Adventistas. Un servicio de adoración que satisface las necesidades de Metodistas, Episcopales, o presbiterianos puede ser insatisfactorio para nosotros". (51)

La respuesta a la renovación del culto de adoración Adventista no se encuentra en la adopción del rock "cristiano", sino en una reexaminación de cómo nuestras creencias Adventistas distintivas deben impactar las distintas partes del servicio en la iglesia, incluso la música. Tal tarea ambiciosa está más allá del alcance de este libro. Lo que yo he intentado hacer es someter en el Capítulo 6 algunas reflexiones preliminares respecto de "Una teología Adventista de Música para la Iglesia".

El capítulo intenta definir cómo las tres creencias distintivas Adventistas del Séptimo día sobre el Sábado, el ministerio de Cristo en el santuario celestial, y la Segunda Venida debieran impactar en la opción y la ejecución de la música durante el servicio divino. Estas son las conclusiones, brevemente enunciadas.

El Sábado nos enseña a respetar la distinción entre lo sagrado y lo secular, no sólo en el tiempo, sino también en áreas tales como la música de la iglesia y adoración. Usar música secular para el servicio de la iglesia en el Sábado es tratar el Sábado como un día secular y a la iglesia como un lugar secular.

El estudio de la música del Templo de Jerusalén, así como del santuario celestial, revela que los instrumentos y la música asociadas con la entretención no eran permitidas en los servicios del Templo, ni se usan en la liturgia del santuario celestial. La lección del santuario es que la música de la iglesia debiera expresar gran reverencia y respeto por Dios.

La creencia en la certeza y pronta reaparición de la Roca de la Eternidad, con la más grande banda musical de ángeles que este mundo haya visto alguna vez, puede encender la imaginación de los músicos de hoy para componer nuevas canciones, e inspirar a los creyentes Adventistas para cantar alegremente acerca de la esperanza que arde en sus corazones.


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