La Humanidad de Cristo – Parte 5

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La Humanidad de Cristo – Parte 5

 

Antes de que Cristo viniera a este mundo, ¿cuán completo era su conocimiento?
Te lo dije ya hace tiempo; antes que sucediera te lo advertí. — Isa. 48:5.

Has escudriñado mi andar y mi reposo, y todos mis caminos te son conocidos. Pues aún no está la palabra en mi lengua, y he aquí, oh Jehová, tú la sabes toda. — Sal. 139:3, 4.

El que gobierna en los cielos ve el fin desde el principio. Aquel en cuya presencia los misterios del pasado y del futuro son manifiestos, más allá de la angustia. – Patriarcas y Profetas, 23.

YO SOY significa una presencia eterna. El pasado, el presente y el futuro son todos iguales para Dios. El ve los acontecimientos más remotos tanto de la historia del pasado como del futuro muy distante, con una visión tan clara como nosotros vemos lo que sucede diariamente. – Comentario Bíblico, tomo 1, 1113.

Cuando Cristo estaba aquí en la tierra, ¿qué limitaciones había para su conocimiento?
Pero de aquel día y de la hora nadie sabe, ni aun los ángeles que están en el cielo, ni el Hijo, sino el Padre. — Marc. 13:32.

Las mismas palabras que él había hablado a Israel por medio de Moisés, le fueron enseñadas sobre las rodillas de su madre. . . .El que había hecho todas las cosas, estudió las lecciones que su propia mano había escrito en la tierra, el mar y el cielo. — Deseado de Todas las Gentes, 50, 51.

Antes de venir a la tierra, el plan estuvo delante de él, perfecto en todos sus detalles. Pero mientras andaba entre los hombres, era guiado, paso a paso, por la voluntad el Padre. — Deseado de Todas las Gentes, 121.

Cristo, en su vida terrenal, no se trazó planes personales. Aceptó los planes de Dios para él, y día tras día el Padre se los revelaba. – Ministerio de Curación, 380.

El Salvador no podría ver a través de los portales de la tumba. La esperanza no le presentaba su salida del sepulcro como vencedor ni le hablaba de la aceptación de su sacrificio por el Padre. Temía que el pecado fuese tan ofensivo para Dios que su separación resultase eterna. — Deseado de Todas las Gentes, 701.

¿Cómo se describe la Omnipresencia de Dios?
¿Se ocultará alguno, dice Jehová, en escondrijos que yo no lo vea? ¿No lleno yo, dice Jehová, el cielo y la tierra? — Jer. 23:24.

¿A dónde me iré de tu Espíritu? ¿Y a dónde huiré de tu presencia? Si subiere a los cielos, allí estás tú; y si en el Seol hiciere mi estrado, he aquí, allí tú estás. Si tomare las alas del alba y habitare en el extremo del mar, aun allí me guiará tu mano, y me asirá tu diestra. — Sal. 139:7-10.

Nada puede suceder en parte alguna del universo sin que lo sepa Aquel que es omnipresente. – Comentario Bíblico, tomo 3, 1159.

¿Cómo afectó la encarnación de Cristo su omnipresencia?
Pero yo os digo la verdad: os conviene que yo me vaya; porque si no me fuere, el Consolador no vendría a vosotros; mas si me fuere, os lo enviaré. — Juan 16:7.

Estorbado por la humanidad, Cristo no podía estar en todo lugar personalmente. Por lo tanto, convenía a sus discípulos que fuese al Padre y enviase el Espíritu como su sucesor en la tierra. — Deseado de Todas las Gentes, 622-623.

Nuestro Redentor llevará siempre las señales de su crucifixión. En su cabeza herida, en su costado, en sus manos y en sus pies se ven las únicas huellas de la obra cruel efectuada por el pecado. – Conflicto de los Siglos, 732.

¿De qué privilegio gozará el redimido?
Y verán su rostro, y su nombre estará en sus frentes. — Apoc. 22:4.

Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; y toda lengua confiese que Jesucristo es el señor, para gloria de Dios Padre. — Fil. 2:9-11.

El pueblo de Dios tiene el privilegio de tener comunión directa con el Padre y el Hijo. «Ahora vemos obscuramente, como por medio de un espejo.» (1 Corintios 13:12) Vemos la imagen de Dios reflejada como en un espejo en las obras de la naturaleza y en su modo de obrar para con los hombres; pero entonces le veremos cara a cara sin velo que nos lo oculte. Estaremos en su presencia y contemplaremos la gloria de su rostro. – Conflicto de los Siglos, 735.

1. En las citas mencionadas aquí, quién escribe, usó los términos «propensiones corruptas», «tendencias al mal», «propensiones al mal», «propensiones al pecado», y «pecaminosidad» como sinónimos, haciendo todos referencia a una depravación innata o inclinación a pecar.

2. Estas citas debieran ser comprendidas a la luz de la explicación dada en la página 313 de Patriarcas y profetas: «Es inevitable que los hijos sufran las consecuencias de la maldad de sus padres, pero no son castigados por la culpa de sus padres, a no ser que participen de los pecados de éstos.»


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