La Humanidad de Cristo – Parte 4

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La Humanidad de Cristo – Parte 4

LA PERSONALIDAD Y APARIENCIA FÍSICA DE JESÚS:
CÓMO AFECTÓ LA ENCARNACIÓN EL USO DE LOS ATRIBUTOS DIVINOS


¿Cómo es la apariencia física de Jesús descripta en la Biblia antes y después de su encarnación?
Ahora pues, Padre, glorifícame tú al lado tuyo, con aquella gloria que tuve contigo antes que el mundo fuese. — Juan 17:5.

Su cabeza y sus cabellos eran blancos como blanca lana, como nieve; sus ojos como llama de fuego; y sus pies semejantes al bronce bruñido, refulgente como en un horno; y su voz como estruendo de muchas aguas. Tenía en su diestra siete estrellas; de su boca salía una espada aguda de dos filos; y su rostro era como el sol cuando resplandece en su fuerza. — Apoc. 1:14-16.

¿Qué dice la Biblia respecto a la apariencia física de Cristo cuando estaba aquí en la tierra?
Subirá cual renuevo delante de él, y como raíz de tierra seca; no hay parecer en él, ni hermosura; le veremos, mas sin atractivo para que le deseemos. — Isa. 53:2.

Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres. — Fil. 2:5-7.

Mas en medio de vosotros está uno a quien vosotros no conocéis. Este es el que viene después de mí, el que es antes de mí, del cual yo no soy digno de desatar la correa del calzado. — Juan 1:26, 27.

¿Cómo es descrita la apariencia física de Cristo?

Las palabras de Juan no podían aplicarse a otro, sino al Mesías prometido. Este se hallaba entre ellos. Con asombro, los sacerdotes y gobernantes miraban en derredor suyo esperando descubrir a Aquel de quien había hablado Juan. Pero no se le distinguía entre la multitud. – Deseado de Todas las Gentes, 110.

Al mirar a Jesús, Natanael quedó desilusionado. ¿Podía ser el Mesías este hombre que llevaba señales de pobreza y de trabajo? — Deseado de Todas las Gentes, 113.

El viajaba a pie, enseñando a sus seguidores mientras avanzaba. Su vestidos estaban polvorientos y manchados por el viaje, y su apariencia no era atractiva. Pero las verdades simples y significativas que salían de sus labios divinos hacían que pronto sus oyentes olvidaran su apariencia, y fueran atraídos, no hacía el hombre, sino a la doctrina que enseñaba. – Testimonies, tomo 4, 373.

El contraste entre Jesús y el sumo sacerdote mientras hablaron juntos era notable. . . .Ante este augusto personaje estaba la Majestad del cielo, sin adornos ni ostentación. En sus vestiduras había manchas del viaje; su rostro estaba pálido y expresaba una paciente tristeza; pero se notaban allí una dignidad y benevolencia que contrastaban extrañamente con el orgullo, la confianza propia y el semblante airado del sumo sacerdote. — Deseado de Todas las Gentes, 545.

No debía tener una belleza que lo destacara entre los hombres. No debía exhibir encantos admirables con los cuales atraer la atención. – Comentario Bíblico, tomo 5, 1105.

El dejó a un lado su gloria y su majestad. El era Dios, pero renunció momentáneamente a las glorias propias de ser la forma de Dios. – Review and Herald, 5 de julio de 1887.

Debido a que Cristo no tenía ninguna atracción física especial hacia su persona, ¿por qué hay tanta gente que se siente atraída por él?
Y cuando el Señor la vio, se compadeció de ella. — Luc. 7:13.

Entonces Jesús, mirándole, le amó. — Marc. 10:21.

Como había amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el fin. — Juan 13:1.

La hermosura de su rostro, la amabilidad de su carácter, sobre todo el amor expresado en su mirada y su tono, atraían a él a todos aquellos que no estaban endurecidos por la incredulidad. De no haber sido por el espíritu suave y lleno de simpatía que se manifestaba en todas sus miradas y palabras, no habría atraído las grandes congregaciones que atraía. — Deseado de Todas las Gentes, 219-220.

La fe de los hombres en Cristo como el Mesías no descansaba en las evidencias visuales, ni creían en El por su atracción personal, sino por la excelencia del carácter hallado en El. – Comentario Bíblico, tomo 7, 904.

Cuando el Hijo de Dios vino al mundo a morir [como] sacrificio por el hombre, él dejó a un lado su gloria y posición exaltada. Su estatura era un poco mayor que la de los hombres en general. Su apariencia personal no poseía ninguna marca especial de su divino carácter, que pudiera inspirar por sí misma fe. No obstante su forma perfecta, su porte digno, su semblante que expresaba bondad, amor y santidad, no eran igualados por nadie que viviera sobre la tierra. – Spiritual Gifts, tomo 4 a, 119.

Era la sencillez y el fervor con que Cristo trabajaba y hablaba lo que atraía a tantas personas a él. — Evangelismo. 44.

¿Cómo es Cristo descrito desde el punto de vista de su sociabilidad? ¿Era él una persona cálida y amistosa?
Traían a él los niños para que los tocase; lo cual viendo los discípulos, les reprendieron. Mas Jesús llamándolos, dijo: Dejad a los niños venir a mí, y no se lo impidáis; porque de los tales es el reino de Dios. –Luc. 18:15, 16.

Cúan bondadoso, cuán afable, cuán cortés era El en su trato con aquellos con quienes se encontraba. Los más pobres sentían que podían hablarle. — Carta 149, 1902.

Era muy sociable y sin embargo poseía una reserva y dignidad que no estimulaban familiaridades indebidas. — Evangelismo. 46l.

Jesús condenaba la complacencia propia en todas sus formas; sin embargo, era de naturaleza sociable. Aceptaba la hospitalidad de todas las clases, visitaba los hogares de los ricos y de los pobres, de los sabios y de los ignorantes, y trataba de elevar sus pensamientos de los asuntos comunes de la vida, a cosas espirituales y eternas. — Deseado de Todas las Gentes, 125.

El. . .podría haber asombrado al mundo con el grande y glorioso conocimiento que poseía; no obstante era reticente y reservado. – Fundamental of Christian Education, 338.

Había un hogar que le agradaba visitar: la casa de Lázaro, María y Marta; porque en la atmósfera de fe y amor, su espíritu hallaba descanso. — Deseado de Todas las Gentes, 293.

Cristo es llamado «varón de dolores». Isa. 53:3. ¿Significa esto que estaba siempre triste?
Puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios. — Heb. 12:2.

En aquella misma hora Cristo se regocijó en el Espíritu. — Luc. 10:21.

Nuestro Salvador fue a la verdad un varón de dolores experimentado en quebranto, porque abrió su corazón a todas las miserias de los hombres. Pero auque su vida era abnegada y ensombrecida por dolores y cuidados, su espíritu no quedaba abrumado por ellos. En su rostro no se veía una expresión de amargura o dolor, sino siempre de paz y serenidad. Su corazón era un manantial de vida, y dondequiera iba, llevaba descanso y paz, gozo y alegría. – Camino a Cristo, 121-122.

A menudo expresaba su alegría cantando salmos e himnos celestiales. A menudo los moradores de Nazaret oían su voz que se elevaba en alabanza y agradecimiento a Dios. Mantenía comunión con el Cielo mediante el canto; y cuando sus compañeros se quejaban por el cansancio, eran alegrados por la dulce melodía que brotaba de sus labios. — Deseado de Todas las Gentes, 54.

Antes de salir del aposento alto, el salvador entonó con sus discípulos un canto de alabanza. Su voz fue oída, no en los acordes de alguna endecha triste, sino en las gozosas notas del cántico pascual: (cita del Sal. 117). — Deseado de Todas las Gentes, 626-627.

Como el Creador, ¿cuán poderoso es Cristo?
Todas las cosas por el fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho. — Juan 1:3.

Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él. Y él es antes de todas las cosas, y todas las cosas en él subsisten. — Col. 1:16, 17.

La naturaleza testifica que Uno infinito en poder, grande en bondad, misericordia y amor, creó la tierra y la llenó con vida y alegría. – Testimonies, tomo 8, 256.

El que sustenta los innumerables mundo diseminados por la inmensidad, también tiene cuidado del gorrioncillo. –Camino a Cristo, 85.

Durante su ministerio terrenal, ¿usó Cristo alguna vez su poder divino para auxiliarse?
No puedo yo hacer nada por mí mismo. — Juan 5:30.

Ni en esta ocasión [el desierto de la tentación], ni en ninguna otra ulterior en su vida terrenal, realizó él un milagro en favor suyo. Sus obras admirables fueron todas hechas para beneficio de otros. — Deseado de Todas las Gentes, 95.

Así que cuando Cristo fue tratado con desprecio, sintió una fuerte tentación a manifestar su carácter divino. Por una palabra, por una mirada, podría obligar a sus perseguidores a confesar que era Señor de reyes y gobernantes, sacerdotes y templo, Pero le incumbía la tarea difícil de mantenerse en la posición que había elegido como uno con la humanidad. — Deseado de Todas las Gentes, 649.

¿Cuando volvió Cristo a usar su poder divino para su propio beneficio?
Respondió Jesús y les dijo: Destruid este templo, y en tres días lo levantaré. — Juan 2:19.

Cuando la voz del poderoso ángel fue oída junto a la tumba de Cristo, diciendo: «Tu Padre te llama», el Salvador salió de la tumba por la vida que había en él. . . .En su divinidad, Cristo poseía el poder de quebrar las ligaduras de la muerte. — Deseado de Todas las Gentes, 729.


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