Ismael
Ismael (heb. Yishmâ’êl, “Dios oye” u “oído por Dios”, “a quien Dios oye”).
El nombre aparece por 1ra vez en textos cuneiformes de Ebla en el período prepatriarcal. Más tarde se encuentra en sellos hebreos antiguos. En acadio aparece en varias formas: Ishme-ilum, Yashma1-ilu y posiblemente Sumu’-ilu.
Hijo nacido a Abram por medio de su esclava Agar, como resultado del plan de Sara de tener un hijo dándole su criada a su esposo (Gen 16:1-4, 15). Esta modalidad estaba en armonía con las costumbres de Mesopotamia durante la era patriarcal. Sin embargo, mostraba una falta de fe de parte de Sara y de Abrahán, a quienes Dios había prometido un heredero (15:4), y produjo muchas dificultades en la familia (16:4-9). Abrahán tenía 86 años cuando nació Ismael, y transcurrieron 11 años desde que había llegado a Canaán (12:4;6:16). Cuando Ismael tenía 13 años, Abrahán recibió la institución de la circuncisión, y todos los varones de su casa, incluyendo a Ismael, fueron circuncidados (17:23-27). Un año después nació Isaac (cf 17:24; 21:5). Más tarde, por causa de celos hacia el niño, Ismael y su madre fueron expulsados de la casa de Abrahán (21:10-14). Vagando sin rumbo por el desierto del sur, casi murieron de sed, pero fueron salvados por un ángel que les mostró un pozo de agua (vs 15-19). Más tarde Ismael se estableció en el desierto de Parán, al sur de Palestina. Vivió de su arco, y con el tiempo se casó con una joven de la tierra de su madre (vs 20, 21). Dios prometió en varias oportunidades que Ismael sería el progenitor de una gran nación (16:10-12; 17:20; 21:13, 18), promesa que más tarde cumplió (25:12-16). Aunque expulsado del hogar de Abrahán, Ismael habría mantenido buenas relaciones con sus parientes en Palestina, como lo muestra el que una de sus hijas se casara con Esaú (28:9), y tomara parte en los ritos funerarios para su padre (25:9). Murió a la edad de 137 años v 17).
Véase Ismaelitas.
Ismaelitas (heb. yishmeêl’lîm). Descendientes de Ismael, y por ello mitad egipcios y mitad semitas (Gen 16:1, 2, 15). De Ismael nacieron 12 príncipes que llegaron a ser antepasados de tribus (17:20; 25:12-16). Estas vivieron en general una vida nómade, tan libre como un “asno salvaje” del desierto (16:12, DHH). Su hogar fue el desierto del norte de Arabia y del este de Siria. Sin embargo, algunas tribus árabes (los nabateos) tuvieron fama y poder. Como su antepasado (21:20), los ismaelitas fueron diestros arqueros (Isa 21:17). También lideraban las caravanas que traían los productos de Arabia a Egipto y Mesopotamia (Gen 37:25). Con el tiempo su nombre llegó casi a ser sinónimo de pueblos del desierto, tal vez porque se mezclaron con otras tribus, o porque eran los más importantes y más notables habitantes de esas soledades. En Jueces 8:5, 21-24 su nombre se aplica a los madianitas. Además, ha sido usual que los árabes, hasta ahora, consideraran a Ismael como su antepasado.
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