¿Enseñó Jesús a guardar cada mandamiento de la ley de Dios?

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-¿Enseñó Jesús a guardar cada uno de los diez mandamientos?

Algunos dijeron que Jesús acabó con los diez mandamientos. Ellos dicen que por llevar una vida sin pecado, Él los cumplió por nosotros.

Si bien es verdad que Jesús llevó una vida sin pecado (Heb. 4: 15), ¿Significa esto que Él quería que nosotros continuáramos pecando? ¿Qué enseñó Jesús acerca de cada uno de los diez mandamientos? Si Jesús estaba eliminando los diez mandamientos, ¿por qué habría  perdido su tiempo en enseñar a la gente a guardarlos y dedicando tanto espacio en el Nuevo Testamento?

Veamos cómo Jesús citó como vigentes cada mandamiento de la ley de Dios:

Mandamiento 1: “Al Señor tu Dios adorarás, y a Él solo servirás” (Mat. 4: 10).

“Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Este es el primero y grande mandamiento” (Mat. 22: 37-38).

“Y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente y con todas tus fuerzas. Este es el principal mandamiento” (Mc. 12: 30).

“Al Señor tu Dios adorarás, y a Él solo servirás” (Lc. 4: 8).

Mandamiento 2: “Al Señor tu Dios adorarás, y a Él solo servirás” (Mat. 4: 10).

“Al Señor tu Dios adorarás, y a Él solo servirás” (Lc. 4: 8).

“Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que le adoren” (Jn. 4: 24).
“Pero tengo unas pocas cosas contra tí: Que tienes ahí a los que retienen la doctrina de Balaam…comer de cosas sacrificadas a los ídolos” (Apoc. 2: 14).

“Pero tengo unas pocas cosas contra ti: Que toleras que… enseñe e induzca a mis siervos a…comer cosas sacrificadas a los ídolos” (Apoc. 2: 20).

Mandamiento 3: “Por tanto os digo: Todo pecado y blasfemia será perdonado a los hombres; mas la blasfemia contra el Espíritu no les será perdonada” (Mat. 12: 31).

“Porque del corazón salen los malos pensamientos…las blasfemias. Estas cosas son las que contaminan al hombre” (Mat. 15: 19-20).

Mandamiento 4: “¿Qué hombre habrá de vosotros, que tenga una oveja, y si ésta cayere en un hoyo en día de reposo, no le eche mano, y la levante? Pues ¿Cuánto más vale un hombre que una oveja? Por consiguiente, es lícito hacer el bien en los días de reposo” (Mat. 12: 11-12).

“Orad, pues, que vuestra huida no sea en invierno ni en día de reposo” (Mat. 24: 20); no habría razón para orar por esto si el sábado no fuera a estar en existencia.

“El día de reposo fue hecho por causa del hombre, y no el hombre por causa del día de reposo. Por lo tanto el Hijo del Hombre es también Señor del día de reposo” (Mc. 2: 27); este versículo dice a todos quienes verán qué día es el Día del Señor.
 “Y llegado el día de reposo, comenzó a enseñar en la sinagoga” (Mc. 6: 2).

“y en el día de reposo entró en la sinagoga, conforme a su costumbre, y se levantó a leer” (Lc. 4: 16).

“Entonces él fue a Cafarnaúm, una ciudad de Galilea, y les enseñaba en los días de reposo” (Lc. 4: 31)

“El Hijo del Hombre es Señor aun del día de reposo…¿Es lícito en día de reposo hacer bien, o hacer mal? ¿Salvar la vida, o quitarla?” (Lc. 6: 5, 9).

 “Pero el principal de la sinagoga, enojado de que Jesús hubiese sanado en el día de reposo…Entonces el Señor le respondió y dijo: Hipócrita…y a esta hija de Abraham…¿No se le debía desatar de esta ligadura en el día de reposo” (Lc. 13: 14-16).

“¿Es lícito sanar en el día de reposo? …y no le podían replicar estas cosas” (Lc. 14: 3, 6).

“¿Os enojáis conmigo porque en el día de reposo sané completamente a un hombre?” (Jn. 7: 23).

Mandamiento 5: “Porque Dios mandó diciendo: Honra a tu padre y a tu madre; y: El que maldiga al padre o a la madre, que muera irremisiblemente” (Mat. 15: 4).

“Honra a tu padre y a tu madre” (Mat. 19: 19).

 “Honra a tu padre y a tu madre” (Mc. 7: 10).

“Honra a tu padre y a tu madre” (Mc. 10: 19).

  “Honra a tu padre y a tu madre” (Lc. 18: 20).

Mandamiento 6: “Oísteis que fue dicho a los antiguos: No matarás; y cualquiera que matare será culpable de juicio. Pero yo os digo que cualquiera que se enoje contra su hermano, será culpable de juicio” (Mat. 5: 21-22).

“Porque del corazón salen los malos pensamientos, los homicidios…Estas son las cosas que contaminan al hombre” (Mat. 15: 19-20).

 “No matarás” (Mat. 19: 18).

“Porque de dentro, del corazón, salen los malos pensamientos, …los homicidios…Todas estas maldades de dentro salen, y contaminan al hombre” (Mc. 7: 21, 23).

“Los mandamientos sabes…No mates” (Mc. 10: 19).

“Los mandamientos sabes…no matarás…” (Lc. 18: 20).

Mandamiento 7: “Oísteis que fue dicho: No cometerás adulterio. Pero yo os digo que cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón.” (Mat. 5: 27-28).

“Pero yo os digo que el que repudia a su mujer, a no ser por causa de fornicación, hace que ella adultere; y el que se casa con la repudiada comete adulterio” (Mat. 5: 32).

 “Porque del corazón salen los malos pensamientos, los homicidios, los adulterios, las fornicaciones, …Estas cosas son las que contaminan al hombre…” (Mat. 15: 19-20).

 “Y yo os digo que cualquiera que repudia a su mujer, salvo por causa de fornicación, y se casa con otra, adultera; y el que se casa con la repudiada, adultera” (Mat. 19: 9).

…No adulterarás” (Mat. 19: 18).

“Porque de dentro, del corazón, salen los malos pensamientos, los adulterios, las fornicaciones…Todas estas maldades de dentro salen, y contaminan al hombre” (Mc. 7: 21, 23).

“Cualquiera que repudia a su mujer y se casa con otra, comete adulterio contra ella; y si la mujer repudia a su marido, y se casa con otro, comete adulterio” (Mc. 10: 11-12).

“No adulteres” (Mc. 10: 19).

 “Todo el que repudia a su mujer, y se casa con otra, adultera; y el que se casa con la repudiada del marido, adultera” (Lc. 16: 18).

“Los mandamientos sabes…No adulterarás” (Lc. 18: 20).

“Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en el acto mismo de adulterio…Jesús le dijo: …no peques más” (Jn. 8: 4, 11).

“Yo arrojo en cama, y en gran tribulación a los que con ella adulteran” (Apoc. 2: 22).

Mandamiento 8: “Porque del corazón salen los malos pensamientos…los hurtos” (Mt. 15: 19-20).

“No hurtarás” (Mat. 19: 18).

“Escrito está: Mi casa, casa de oración será llamada; mas vosotros la habéis hecho cueva de ladrones” (Mt. 21: 13).

“los hurtos…Todas estas maldades…contaminan al hombre” (Mc. 7: 22-23).

“Los mandamientos sabes: …No hurtes” (Mc. 10: 19).

“Los mandamientos sabes…No hurtarás” (Lc. 18: 20).

Mandamiento 9: “Además habéis oído que fue dicho a los antiguos No perjurarás, sino cumplirás al Señor tus juramentos. Pero yo os digo: No juréis en ninguna manera” (Mt. 5: 33-34).

“Porque del corazón salen…los falsos testimonios…Estas cosas son las que contaminan al hombre” (Mt. 15: 19-20).

“No dirás falso testimonio” (Mt. 19: 18).

“Los mandamientos sabes…No digas falso testimonio” (Mc. 10: 19).

 “Los mandamientos sabes…no dirás falso testimonio” (Lc. 18: 20).

“…has probado a los que dicen ser apóstoles, y no lo son, y los has hallado mentirosos” (Apoc. 2: 2).

Mandamiento 10: “No os afanéis por vuestra vida, qué habéis de comer o qué habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir” (Mt. 6: 25).

“Porque del corazón salen los malos pensamientos…Estas cosas son las que contaminan al hombre” (Mt. 15: 19-20).

“…las avaricias…Todas estas maldades de dentro salen, y contaminan al hombre” (Mc. 7: 22-23).

Así es claro que Jesús enseñó cada uno de los diez mandamientos. Recuerde, “Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos” (Heb. 13: 8).

Jesús también enseñó:
“Pero más fácil es que pasen el cielo y la tierra, que se frustre una tilde de la ley” (Lc. 16: 17); en el siguiente versículo, Él se ocupó del séptimo mandamiento. De manera interesante, Jesús también dijo, “No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas” (Mt. 5: 17), esto es lo que muchos han concluido.

Cuando Él dijo también, “No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas; no he venido para abrogar, sino para cumplir. Porque de cierto os digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, ni una jota ni una tilde pasará de la ley, hasta que todo se haya cumplido” (vs. 17-18), algunos han concluído que “cumplir” significa que Jesús vino a destruir la ley (de manera interesante, Jesús cumplió el bautismo al ser bautizado, no eliminó el bautismo 3: 13-16).

En muchos de los siguientes versículos (5: 19-37, algunos de los cuales son citados arriba) Jesús prueba que Él de veras vino a “magnificar la ley y hacerla honorable”. ¿Cómo? Jesús también le dijo, “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Este es el primero y grande mandamiento. Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas” (Mt. 22: 37-40); en otras palabras la ley de Dios está involucrada en mostrar amor a Dios y a su prójimo!

Quizás por esto es por lo que Jesús dijo, “Si me amáis, guardad mis mandamientos” (Jn 14: 15) como también “si guardareis mis mandamientos, permaneceréis en amor; así como yo he guardado los mandamientos de mi Padre, y permanezco en su amor” (Jn. 15: 10). “El que no me ama no guarda mis palabras” (Jn. 14: 24).

 Para prueba adicional, Jesús dijo del futuro “y por haberse multiplicado la maldad, el amor de muchos se enfriará” (Mt. 24: 12). Quebrantar la ley (injusticia) está ligado a falta de amor. Jesús magnificó la ley al explicar su vínculo directo con el amor; en particular (como se citó arriba después de cada respectivo mandamiento) Él expandió el entendimiento de la gente del primero, cuarto, sexto y séptimo mandamientos! Esto estaba incluso profetizado! “El Eterno se complació por amor de su justicia en magnificar la ley y engrandecerla” (Is. 42: 21).

¿Guardan los verdaderos cristianos los mandamientos de Dios? “Y se fue a hacer guerra contra el resto de la descendencia de ella, los que guardan los mandamientos de Dios y tienen el testimonio de Jesucristo” (Ap. 12: 17).
Jesús dijo, “Porque si creyeseis a Moisés, me creeríais a mí, porque de mí escribió él. Pero si no creéis a sus escritos, ¿cómo creeréis a mis palabras?” (Jn. 5: 46-47).

“No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos” (Mt. 7: 21).

“Enviará el Hijo del Hombre a sus ángeles, y recogerán de su reino a todos los que sirven de tropiezo, y a los que hacen iniquidad” (Mt. 13: 41).

“De cierto, de cierto os digo, que todo aquel que hace pecado, esclavo es del pecado” (Jn. 8: 34).

Jesús condenó a los fariseos porque ellos no guardaban los mandamientos, “¿Por qué también vosotros quebrantáis el mandamiento de Dios por vuestra tradición?” (Mt. 15: 3, 9).

“Bien profetizó de vosotros Isaías, como está escrito: Este pueblo de labios me honra, mas su corazón está lejos de mí. Pues en vano me honran, enseñando como doctrinas mandamientos de hombres. Porque dejando el mandamiento de Dios, os aferráis a la tradición de los hombres” (Mc. 7: 6-9).

 “Mas si quieres entrar en la vida, guarda los mandamientos” (Mt. 19: 17).

 “Al salir él para seguir su camino, vino uno corriendo, e hincando la rodilla delante de él, le preguntó: Maestro bueno, ¿qué haré para heredar la vida eterna? Jesús le dijo: …Los mandamientos sabes…” (Mc. 10: 17, 19) y luego Él hizo la lista de la mitad de los diez mandamientos (también en Lc. 18: 19-20).

“En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios…Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho” (Jn. 1: 1, 3); no incluirían “todas las cosas” a los diez mandamientos?

Las últimas palabras de Jesús en el libro de Mateo fueron “Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra. Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo” (Mt. 28: 18-20).

¿Debería usted estar guardando Sus mandamientos? La respuesta de Jesús permanece, ¿Por qué me llamáis, Señor, Señor, y no hacéis lo que yo digo? (Lc. 6: 46) y

 “Mi madre y mis hermanos son los que oyen la palabra de Dios, y la hacen” (Lc. 8: 21).

“Si sabéis estas cosas, bienaventurados seréis si las hiciereis” (Jn. 13: 17).

Categorías: La Ley de Dios

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