El don de profecía, tema 7

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Desde Saúl hasta el cautiverio.

DE SAÚL AL CAUTIVERIO BABILÓNICO

SAÚL

Uno de los sucesos más tristes que registra la Escritura es la decisión del pueblo de

Dios de rechazar el gobierno teocrático, y optar a su vez por un gobierno monárquico.

Esta demanda era alarmante y desagradable para Samuel, el juez en turno. Era tan audaz y revolucionaria que Samuel no quiso responder este pedido sin antes consultar a Jehová.

“Y Samuel oró a Jehová” (1 Samuel 8:6). Habiendo recibido la instrucción, el profeta comunicó al pueblo las palabras de Jehová, pero el pueblo se empecinó y dijo: “No, sino que habrá rey sobre nosotros” (1 Samuel 8:9, 10).

Desde Adán hasta Samuel, el Señor había sido reconocido y gustosamente aceptado como legítimo rey, pero ahora el pueblo deseaba un rey terreno. Ante la obstinación de ellos, el Señor dijo a Samuel: “Elige para ellos un rey” (ver. 22).

Dios escogió de la tribu de Benjamín a un joven humilde llamado Saúl, hijo de Cis.

Andando en busca de las asnas extraviadas de su padre, se encontró con el profeta Samuel, quien lo ungió como rey de Israel.

Al ser ungido, Dios le cambió su corazón (1 Samuel 10:9). El Espíritu del Eterno descansó sobre él y recibió el don de profecía (1 Samuel 10:10).

Hermoso de cuerpo, noble de estatura y de porte principesco, su apariencia concordaba con los conceptos que ellos tenían de la dignidad real.

Saúl inició su reinado bajo las condiciones más favorables posibles.

1. Fue elegido por el Señor para una gran responsabilidad: gobernar a su pueblo.

2. Se le dio la seguridad de la presencia y dirección de Dios, si tan solo quería ser fiel y leal a los requerimientos divinos.

Pero el reinado de Saúl fracasó trágicamente.

1. Saúl se volvió independiente, temerario y cruel.

2. Despreció abiertamente las instrucciones que el Señor le daba mediante el profeta

Samuel. (1 Samuel 15:21-31)

3. Poco después de haber tomado la dirección del reino, se atrevió a oficiar un sacrificio, que solo el sacerdote debería oficiar. (1 Samuel 13:8-14)

4. De ahí en adelante su caída fue precipitada. Un error tras otro fue el derrotero de su vida. Continuó transgrediendo el consejo divino, hasta que por fin quedó separado de Dios. El registro sagrado anota: “Así murió Saúl por su rebelión con que prevaricó contra Jehová, contra la palabra de Jehová la cual no guardó” (1 Crónicas 10:13).

Saúl, honrado por Dios como rey y profeta (1 Samuel 10:11), terminó sus días en forma

desastrosa cuando, habiendo perdido toda comunicación con el Eterno, fue y consultó a

una hechicera en Endor, colocándose así mismo bajo el dominio de Satanás.

Al día siguiente terminó sus días arrojándose sobre su propia espada y cometiendo suicidio. Samuel lloró amargamente la pérdida de un hombre que podría haber llegado a ser uno de los grandes en Israel, pero que cayó víctima del engreimiento, la vanidad y el orgullo.

25

DAVID

Al morir Saúl, Dios entregó el reino a David quien era, según palabras del mismo Dios,

“varón conforme al corazón de Dios” (1 Samuel 13:14).

 David inició su carrera como la había iniciado Saúl, con el llamamiento y la unción del profeta Samuel (Era profeta. Ver 1 Samuel 16:13). Pero cuán diferente fueron sus vidas. De David la Biblia dice: “Y murió en buena vejez, lleno de días, de riquezas y de gloria” (1 Crónicas 29:28).

De David recordamos sus victorias; la organización del culto a Jehová; el acopio de materiales para la casa de Dios; su espíritu perdonador para con su enemigo, Saúl. David es un ejemplo de respeto y preocupación por la casa de Dios. Sus salmos nos llegan al corazón, y nos hablan de la ternura así como de la majestad del Eterno y Santo de Israel.

Mediante el Espíritu Santo, contempló los siglos venideros y pudo ver el reinado del Mesías, así como su pasión y sufrimientos. David no despreció los consejos y las reprensiones de los profetas.

En sus días tuvo la oportunidad de contar con los consejos de Samuel, Nathan, Gad e

Iddo, profetas del Altísimo.

La gloria de su reino es proverbial en las Escrituras, pues era un tipo del reinado del Mesías.

Comenzó a reinar (1040-970) cuando tenía 30 años y gobernó 40 años. Murió a los 70 años. 1 Reyes 2:10-11

SALOMÓN

Fue ungido y coronado rey, mientras vivía su padre. Debido a una conspiración de Adonías, su hermano, David abdicó el reino en favor de su hijo Salomón.

Salomón había estado bajo la influencia del profeta Natán desde la infancia hasta que llegó a ser rey. Durante su reinado no fue privado de la dirección profética. Ahías e Iddo fueron enviados para darle mensajes de instrucción de parte del Señor (2 Crónicas 9:29).

Durante la última parte de su reinado, Dios le comunicó los graves acontecimientos que iban a tener lugar en su reino. Su desviación de los caminos del Señor había producido

grave perjuicio a la nación, y permanente oprobio sobre la causa del Señor.

1 Reyes 11:11, 12: “Y dijo Jehová a Salomón: por cuanto ha habido esto en ti, y no has guardado mi pacto y mis estatutos que yo te mandé, romperé el reino de ti, pero no en tus días por amor de mi siervo David tu padre. Romperlo he en los días de tu hijo”

La ejecución de esta sentencia fue seguida por perturbaciones, apostasías, revoluciones y ruina general.

 Reinó por 40 años, a la edad de 18 años (971-931 a.C.) y Murió a los 58 años.

AHÍAS (1 Reyes 11-15), IDDO, JEHÚ (1 Reyes 16:1-12)

El ministerio profético se hace patente durante el reinado de los reyes de Israel y de Judá, cuando ya la nación se había dividido. Durante el reinado de Roboam, hijo de Salomón, Ahías silonita ocupa un lugar muy importante.

1. Fue él quien anunció a Jeroboam I que sería rey sobre las diez tribus del norte (1

Reyes 11:29-38).

2. Fue también él quien muchos años después le dio un mensaje fulminante proveniente

de Dios (1 Reyes 14:1-9).

3. Le anunció la ruina propia y de su posteridad (1 Reyes 14:10-11, 14-16).

4. Rápidamente juicios y desastres cayeron sobre la casa de Jeroboam en cumplimiento de la palabra del Señor.

En menos de dos años después de la muerte de Jeroboam, su dinastía quedó exterminada. Hacía solo 24 años que había sido coronado rey por elección de Jehová y por el desarrollo de muchas providencias divinas (1 Reyes 15:29-30).26

Durante el reinado de Baasa, Zimri, Omri en Israel, Dios levantó a otros profetas como

Jehú e Iddo, varones de Dios quienes desempeñaron su cometido con fidelidad. Reprendieron a reyes y príncipes y dieron el mensaje oportuno en el momento que más se necesitaba.

SEMAÍAS (1 Reyes 12:1-24)

Después de la muerte de Salomón, Roboam y Jeroboam se enfrascaron en una guerra.

Roboam no se resignaba a perder las diez tribus del norte y quiso hacerle la guerra a Jeroboam (2 Crónicas 11:11), pero Dios le envió al profeta Semaías  con el siguiente mensaje: 2 Crónicas 11:2-4: “No subáis ni peleéis contra vuestros hermanos; vuélvase cada uno a su casa, porque yo he hecho este negocio” (1 Reyes 12:24 y 2 Crónicas 11:4).

Más tarde Semaías vuelve a amonestar a Roboam, cuando Sisac, faraón de Egipto, invade el país. El mensaje era: 2 Crónicas 12:7: “No los acabaré; les daré un poquito de socorro.”

ELÍAS (1 Reyes 17-19 y 2 Reyes 1)

Durante el reinado de Acab, Dios levantó un profeta valiente y decidido. Reformador

incansable, Elías vivió en un período muy crítico de la historia del reino del norte:

1. Acab, rey de Israel, se casó con una cananea llamada Jezabel, la cual paganizó a toda la nación. (1 Reyes 16:31)

2. El culto de Jehová fue suplantado por el culto idolátrico de Baal. (1 Reyes 16:32-33)

3. Debido a la galopante apostasía y a la encarnizada persecución desatada por la reina en contra de los profetas de Jehová, Dios trajo un castigo muy doloroso sobre la nación. (1 Reyes 18:4; 19:14)

4. Hubo sequía por tres años y medio (Santiago 5:17). Esta escasez de lluvia trajo como secuela hambre, pobreza y ruina.

Elías, después de haber confrontado al rey impío y declararle la palabra de Jehová, fue y se refugió en la soledad, junto al arroyo de Querib. (1 Reyes 17:3)

Véase de su historia algunos otros eventos como:

1. La historia de su encuentro con Acab después de tres años y medio. (1 Reyes 18:17-18)

2. La vindicación de Dios mediante el milagro del Monte Carmelo. (1 Reyes 18: 20-46)

3. El llamado de Eliseo como su asesor. (1 Reyes 19:19-21)

4. Su asunción al cielo, cierra las páginas del ministerio fiel de Elías. (2 Reyes 2:11-13)

Elías es uno de los dos varones de Dios que no vieron la muerte, sino que fueron llevados por Dios. (2 Reyes 2:11)

ELISEO (1 Reyes 19:19-21)

Al ser Elías arrebatado al cielo, Eliseo hijo de Safat aparece en el escenario como el profeta viviente de Jehová. Eliseo tuvo el privilegio de estar relacionado íntimamente con uno de los más grandes profetas del Antiguo Testamento. Al ascender al cielo, Elías le entregó su propio manto a Eliseo. La petición hecha de recibir la unción del Espíritu Santo si Eliseo estaba presente al tiempo de su arrebato, fue cumplida por Dios como puede verse en el ministerio del profeta. Eliseo desempeñó un ministerio fiel en una época muy difícil de la historia de Israel. Dios le dio una doble porción de su Espíritu, de tal modo que se convirtió en el profeta de los milagros.

De sus milagros podemos recordar once y son los siguientes: PROFÉTICO EN LA DISPENSACIÓN MOSAICA

1. Dividió las aguas del Jordán y lo cruzó en seco (2 Reyes 2:14).

2. Potabilizó las aguas de Jericó que eran malas para beber (2 Reyes 2:19-22).

3. Pronunció una sentencia sobre unos jóvenes que le faltaron al respeto y dos osos

mataron a cuarenta y dos de ellos (2 Reyes 2:23-24).

4. Resucitó al hijo de la sunamita (2 Reyes 4:8-37).

5. Multiplicó el aceite de la viuda milagrosamente (2 Reyes 4:1-7).

6. Curó la olla con simple harina e hizo comestibles las calabazas venenosas. (2 Reyes 4:38-41)

7. Curó a Naamán el leproso (2 Reyes 5).

8. Hace que Giezi su siervo se convierta en leproso por su codicia (2 Reyes 5).

9. Hizo flotar el hacha que era prestada (2 Reyes 6:1-7).

10. Capturó a los sirios volviéndolos ciegos (2 Reyes 6:8-23).

11. Finalmente, cuando el profeta ya había muerto y estaba sepultado, unos israelitas que tuvieron que huir tiraron sobre su sepultura un cadáver que llevaban a enterrar, y este resucitó (2 Reyes 13:21).

Se concedió a Eliseo una larga vida llena de triunfos; un ministerio de 65 años. Llegó

hasta la avanzada edad de 95 años. Estuvo asociado con Elías durante los últimos años del reinado de Acab y también durante el reinado de Ocozías hijo de Acab, pero su ministerio continuó durante los reinados de Joram, Jehú, Joacaz y los primeros años de Joás. Inició su trabajo solo.

Un escritor religioso se expresa así de Eliseo: “El único objeto de Eliseo es completar la reforma iniciada por Elías, restablecer la antigua verdad y repeler la superstición pagana. Es estadista tanto como profeta. Entre todos los profetas, ninguno ha intervenido en los más altos asuntos nacionales con más audacia que Eliseo. Durante muchos años, vigila atentamente todo el desarrollo de los acontecimientos.

Después de la caída de la dinastía omrita, es el amigo de confianza y consejero sagaz de Jehú, y la fortaleza e inspiración en todas sus pruebas” (James Hatings, Dictionary of the Bible, art. Elisha, p. 694).

JOEL (Joel 1:1 y Hechos 2:16)

Se ha especulado mucho acerca de la fecha cuando Joel desempeñó su ministerio. Por su libro, se ve que el profeta vivía en Jerusalén.

1. El país se encuentra ahora devastado por la sequía y por una plaga severa de langostas.

2. En respuesta al arrepentimiento y a sus oraciones, Dios volvió a bendecir al país,

mandándole lluvia temprana y tardía.

3. Joel usa una expresión que más tarde usará el profeta Sofonías: “el día de Jehová”.

Joel se vuelve apocalíptico en su capítulo 3, y hace una profecía que esperamos se cumplirá pronto, cuando Dios derrame su espíritu sobre toda carne y resurja nuevamente el don de profecía como fue en los tiempos apostólicos.

28

JONÁS (2 Reyes 14:25, Mateo 12:39-41 y Lucas 11:29-32)

Después de la muerte de Eliseo, Dios levantó otros profetas. Uno de esos profetas fue

Jonás, al cual se le conoce como el profeta a quien se lo tragó un gran pez. La Biblia no

dice ballena, sino gran pez.

Jonás fue llamado no solo a servir de profeta para el reino del norte, sino que se le dio una misión a favor de la ciudad de Nínive. Por el arrepentimiento de esa ciudad, Dios

detuvo el castigo.

AMÓS

Durante el reinado de Jeroboam II, Dios levantó a un profeta para que le llevara un mensaje de condenación al rey, quien estaba en Bethel ofreciendo un sacrificio ante un Dios falso. Amós fue llevado del reino del sur al reino del norte para cumplir con su misión.

El mensaje no fue recibido, y Dios trajo más tarde la ruina sobre las diez tribus del norte.

MICAÍAS (1 Reyes 22:8-28 y 2 Crónicas 18:6-27)

Durante el reinado de Acab y contemporáneo con el profeta Eliseo, Dios levantó a un

profeta de nombre Micaías, hijo de Imla.

1. Este varón de Dios tuvo el valor de testificar ante dos reyes: el rey Josafat y el rey

Acab.

2. Su decisión valerosa, su voluntad inquebrantable de entregar el mensaje de Dios sin

quitarle ni añadirle nada.

3. Fue abofeteado públicamente por un profeta falso de nombre Sedequías, por dar el

mensaje divino.

4. Dios vindicó su causa, y las palabras de Micaías se cumplieron acertadamente.

5. Micaías es recordado por sus palabras: 1 Reyes 22:1-14: “Vive Jehová, que no hablaré, sino las palabras que Jehová me hablare esas hablaré.”

AZARÍAS HIJO DE OBED (2 Crónicas 15:1, 8)

Este profeta desempeña su ministerio en tiempos de Asa rey de Judá. Dios lo envió al rey con un mensaje: “Jehová es con vosotros si vosotros fuereis con él; mas si le dejareis, él también os dejará” (2 Crónicas 15:1-2).

JEHÚ HIJO DE HANANI (1 Reyes 16:1-12 y 2 Crónicas 19:2, y 20:34)

Cuando Josafat era rey de Judá, hizo alianza con Acab. Dios, disgustado por ese hecho, le mandó un mensaje de reproche mediante Jehú, diciendo: 2 Crónicas 19:2: “¿Al impío das ayuda y amas a los que aborrecen a Jehová?”

 No sabemos más de la vida de este profeta, pero sabemos que Dios lo usó en un momento especial, con un mensaje para el pueblo de Dios.

JAHAZIEL

Cuando el rey Josafat tenía que enfrentar una situación muy difícil en su vida, Dios le

envió al profeta Jahaziel (2 Crónicas 20:14). El pueblo de Judá se veía amenazado por la

invasión de tres naciones confederadas, dispuestas a borrar del mapa al reino del sur, con su capital Jerusalén. Josafat estaba temeroso, pero confiaba en que Dios estaba con él. Dios le dijo mediante su profeta:

29L DON PROFÉTICO EN LA DISPENSACIÓN MOSAICA

2 Crónicas 20:15-17: “Oíd, Judá todo, no os amedrentéis delante de esta tan grande multitud; porque no es vuestra la guerra sino de Dios… No temáis ni desmayéis, salid mañana contra ellos que Dios será con vosotros”.

 Durante el ministerio de Jahaziel, el rey Josafat dijo las palabras en 2 Crónicas 20:20: “Oídme, Judá y moradores de Jerusalén. Creed en Jehová vuestro Dios, y estaréis seguros; creed a sus profetas, y seréis prosperados.”

ELIEZER HIJO DE DODAVA (2 Crónicas 20:37)

Más tarde, cuando Josafat volvió a hacer alianza con Ocozías hijo de Acab, Dios no

aprobó tal conducta y le envió un profeta llamado Eliezer hijo de Dodava, el cual le dijo

al rey: 2 Crónicas 20:37: “Por cuanto has hecho compañía con Ocozías, Jehová destruirá tus obras. Y los navíos se rompieron y no pudieron llegar a Tarsis.

HULDA LA PROFETISA (2 Crónicas 34:23-28)

Durante el reinado del rey Josías, antes del cautiverio babilónico, Dios permitió que se

descubriera el libro de la ley. Un sacerdote llamado Hilcías encontró el pergamino. Lo llevó ante el rey. Este reconociendo el oficio profético de una mujer de nombre Hulda, le pidió consejo respecto a lo que debería hacer con el rollo descubierto. El mensaje de parte de Dios fue directo; pero, sobre todo, no era grato. Ella dijo en 2 Crónicas 34:23: “Decid al varón que os ha enviado a mí, que así dice Jehová: He aquí yo traigo mal sobre este lugar, y sobre los moradores de él, todas las maldiciones que se encuentran escritas en este libro”.

ISAÍAS

De sangre real, educado como el mejor, Isaías fue llamado por Dios al oficio profético en el año en que muere Uzías, rey de Judá.

1. Joven aún, fue llamado y consagrado para servir en una época de apostasía nacional.

2. En el capítulo 6 de su libro nos relata la experiencia de su llamamiento.

3. Sirvió durante los reinados de Uzías, Jotam, Acaz, Ezequías y Manasés, quien le dio muerte.

4. Se le conoce como el profeta mesiánico por excelencia. El capítulo 53 de su libro parece más una historia que una profecía.

5. La tradición judía asegura que Isaías fue muerto por el rey Manasés. Es interesante que su esposa también tuvo el don de profecía, según se registra en Isaías 8:3.

MIQUEAS

No hay mucha información histórica respecto al profeta Miqueas. Solo sabemos que fue

contemporáneo del profeta Isaías.

1. Vivió y ministró durante el reinado de los reyes Jotam, Acaz y Ezequías, reyes de Judá.

2. Miqueas denuncia la injusticia social reinante y los pecados negros cometidos por el pueblo.

3. Trae un mensaje de reproche, pero también de esperanza. Predice el lugar donde nacería el Mesías (Miqueas 5:2).

NAHUM30

SÍLABO DE ORIENTACIÓN PÉTICA

El mensaje de condenación que dio el profeta Jonás a Nínive, produjo una reforma

temporal y una postergación de su destrucción. Aproximadamente dos siglos después, el

profeta Nahum escribió y pronunció una sentencia de condenación final sobre la ciudad por sus pecados acumulados. La profecía contra Nínive era: Nahum 2:13: “Raeré de la tierra tu robo, y nunca más se oirá la voz de tus embajadores.”

Poco sabemos de la vida del profeta Nahum; solo sabemos que era de Elcos de Judá.

ABDÍAS

Uno de los profetas menores. No sabemos el tiempo en que Abdías desarrolla su ministerio.

Su libro es corto, solamente un capítulo. Su profecía es contra Edom, enemigo del pueblo de Dios. Abdías predice la ruina final de Edom en el día de Jehová, cuando Jehová se levante a juzgar a las naciones y vengue el agravio hecho a su pueblo.

Abdías contiene lecciones importantes para nosotros hoy. La soberbia del corazón ha de ser castigada tarde o temprano.

SOFONÍAS

Vive en los días de Josías, el rey bueno y justo.

1. Su tema es el día de Jehová. Catorce veces se halla esta expresión en su pequeño

libro.

2. Su profecía tiene relevancia para nosotros hoy, cuando estamos en los últimos días

de la historia del mundo.

3. Sofonías advierte: Sofonías 2:3: “Viene el día de Jehová, ardiente”. “Buscad a Jehová mientras puede ser hallado. Llamadle entre tanto que está cercano.”

4. Por los datos con que comienza su profecía, sabemos que era contemporáneo de

Jeremías y quizá de Hulda.

OSEAS

Por esos mismos años, antes que la ruina llegara a Samaria, Dios quiso dar un último

mensaje de amonestación al reino del norte, usando al profeta Oseas y su experiencia con su mujer Gomer. El mensaje de Dios por medio de Oseas es un mensaje de amor. Oseas mismo no comprendía quizá el amor de Dios por su pueblo errabundo, sino hasta que en carne propia pudo experimentar el rechazo del amor que se da sin reservas; del amor traicionado; del amor que no recibe respuesta.

HABACUC

Vive poco antes que el pueblo de Judá fuera llevado cautivo a Babilonia.

1. Los pecados, los abusos y el desafuero propios de la época, le hacen reclamarle a

Dios el porqué de su aparente silencio. Habacuc 1:2: “¿Hasta cuándo, oh Jehová, clamaré, y no oirás; y daré voces a ti a causa de la violencia, y nos salvarás?”

2. Dios le responde y le dice que pronto las cosas se van a poner en orden.

3. Dios le asegura que el mal no puede quedar sin castigo.

4. Dios está en su santo templo.

5. Lo que Habacuc necesita es confiar en Jehová y esperar.31

EL DON ROFÉTICO EN LA DISPENSACIÓN MOSAICA

Algunos han osado llamar a Habacuc el profeta filósofo.

1. Su preocupación sobre el problema del mal es clara. Ese tema ha preocupado a

cristianos y a filósofos de todas las épocas.

2. Dios no es autor del mal, pero lo permite para probar nuestra lealtad y nuestra fe en él.

3. El profeta Habacuc termina su libro con un canto de confianza suprema en Dios.

Habacuc 3:17-19: “Aunque la higuera no florezca, ni haya vacas en los corrales; mentirá el fruto del olivo… sin embargo yo confiaré en Jehová; me gozaré en el Dios de mi salvación.”


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