Deuteronomio, preámbulo

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DEUTERONOMIO

Introducción

PREPARANDO EL ESCENARIO

Deuteronomio es el libro del amor. Esta afirmación puede resultar sorprendente, pero estoy convencido de que es cierta. Echemos un vistazo a los siguientes datos. En su discurso a Israel, Moisés señala que el «Señor los ama» (ver Deut. 7:8). El amor de Dios y la forma en que debemos amarlo se expresan con más fuerza en Deuteronomio que en cualquier libro del Pentateuco, o incluso de todo el Antiguo Testamento. Es en Deuteronomio donde la revelación, por primera vez, utiliza el sustantivo amor para expresar el afecto de Dios por el ser humano. Ahabah es el término hebreo’ para la palabra «amor». Ahabah se utiliza cuarenta veces an el Antiguo Testamento, pero solo en cinco ocasiones hace referencia al amor de Dios (Deut. 7:8; Isa. 63:9; Jer. 3i:3; Ose. 11:4; Sof. 3:17). El verbo hebreo traducido como «amar» (ahab) se emplea veintidós veces en el libro del Deuteronomio, y seis veces designa el amor de Dios hacia su pueblo (Deut. 4:37; 7:13; 10:15,18; 23:5; 33:3). Solo en este libro, en la predicación de Moisés al pueblo, se destaca siete veces que Dios ama al ser humano. Para que el pueblo no lo olvide nunca, Moisés señala que Dios está a su favor y nunca en su contra. El amor es el tema principal del libro de Deuteronomio. De hecho, aparte de las siete menciones al amor en su sermón, Moisés hace referencia dos veces al pacto de amor de Dios con su pueblo (Deut. 7:9,12), esta vez utilizando el término khesed («constante amor»), que es un sinónimo hebreo para la palabra «amor» (ahabah).

Por otra parte, Moisés exhorta fervientemente a los creyentes a amar a Dios, porque esta es la única respuesta adecuada a su amor por nosotros. «Nosotros lo amamos porque él nos amó primero» (1 Juan 4:19). En diez ocasiones, Moisés exhorta a Israel a amar a Dios (Deut. 6:5; 10:12; 11:1, 13,22; 13:3; 19:9; 30:6,16,20) y subraya que Dios bendice a los que lo aman (Deut. 5:io; 7:9).

Los estudiantes de la Biblia suelen pensar que Deuteronomio trata de la ley, una «segunda ley» o una «repetición de la ley», como indica el término Deuteronomio. Desafortunadamente, este título es muy engañoso, porque el libro no trata principalmente de mandatos y leyes. Se trata más bien de la actitud positiva de Dios hacia su pueblo y su respuesta de amor hacia él. Es este amor el que estaba en el corazón de Moisés al expresar sus palabras de despedida al pueblo de Dios, un pueblo llamado y escogido por el Señor para ser sus seguidores y una luz para el mundo.

Puedes echar un vistazo al final de esta obra y encontrarás un apéndice con la estructura del libro de Deuteronomio. Estudiarla te ayudará a comprender su mensaje y sus temas principales. Este conocimiento te guiará en la comprensión e interpretación de cada sección en su contexto y te ayudará a ver el flujo de pensamientos y el panorama general de la revelación de amor de Dios.

LA IMPORTANCIA DEL LIBRO DEL DEUTERONOMIO

 El libro de Deuteronomio es uno de los escritos más significativos del Antiguo Testamento, ya que sienta las bases y proclama sistemáticamente la fe del pueblo de Israel en un Dios vivo. Es una obra maestra de la literatura, una joya y la Carta Magna de la enseñanza de Israel. Es un documento bien organizado que establecerla identidad del Señor y explica cómo deben vivir los creyentes; enseña metódicamente1 cómo responder adecuadamente al llamamiento de Dios. Deuteronomio es un manual de fe y la constitución religiosa del pueblo de Dios, que culmina el Pentateuco y lo corona, explicando el significado más profundo de la Ley de Dios. Estos temas son fundamentales, tanto para el judaísmo como para el cristianismo.

Consideremos por un momento algunos datos que demuestran la importancia de este libro:

 1. Jesús venció las tentaciones del enemigo citando pasajes del libro de Deuteronomio (Mat. 4:1- 11). Cristo conocía bien este libro y fue su herramienta para asegurar la victoria sobre Satanás.

2. Deuteronomio es el único libro del canon hebreo que contiene una orden de. leer (tikrá) el libro (literalmente et hatorah hazzot, que significa «esta ley» o mejor, «enseñanza», «dirección» o «instrucción»). Los levitas debían leer el libro a toda la congregación de Israel en el momento establecido durante la fiesta;de los Tabernáculos (Deut. 31:10,11). Dios instó a Josué a meditar en el libro de la Ley de día y de noche (Jos. 1:8), y este mandato es una gran motivación para que nosotros hagamos lo mismo. De hecho, la bendición de Dios alcanza a los que siguen este consejo (Sal. 1:1-3). Nada en este libro se puede cambiar, añadir o eliminar (Deut. 4:2; 12:32; comparar con Apoc. 22:18,19).

3. El gran mandamiento de la Ley se encuentra en el libro del Deuteronomio: «Amarás a Jehová, tu Dios, de todo tu corazón, de toda tu alma y con todas tus fuerzas» (Deut. 6:5).

4. La declaración de creencia fundamental sobre el monoteísmo y la unicidad de Dios se expresa en Deuteronomio 6:4: «Oye, Israel: Jehová, nuestro Dios, Jehová uno es».

5. Deuteronomio es el primer libro de teología sistemática que se ha escrito sobre la identidad del Señor y el significado de la verdadera fe en el Dios vivo. Contiene el fundamento de las doctrinas y la ética, y es indispensable para comprender el mensaje del Antiguo Testamento. Entre sus temas principales se encuentran el amor, la obediencia, el temor de Dios, la Ley de Dios, el llamamiento a recodar y no olvidar, la tierra, los tiempos, las fiestas, la retribución, el nombre divino, el Señor como guerrero, los Diez Mandamientos y la Shemá. En este libro, Moisés exhortó enfáticamente a Israel a rechazar otros dioses y a adorar solo a Jehová (Deut. 5:8-10; 6:14; 7:25,26; 12:2-4).

6. Este libro era tan importante que Moisés pidió que se colocara junto al Arca del Pacto (Deut. 31:26).

7. Los reyes de Israel debían leer este libro, transcribirlo, aprender sus enseñanzas y llevarlo consigo (Deut. 17:18-20). De este modo, mostrarían su devoción, obediencia y dependencia del Rey del universo. El rey no debía apartarse de él «a la derecha ni a la izquierda» (vers. 20; ver también el mismo mandato para todo el pueblo en Deut. 5:32), porque debía ser un modelo de devoción y obediencia.

8. Este libro tuvo una profunda influencia en los hijos de Israel, la antigua comunidad de fe, porque las instrucciones que presenta eran normativas para el estilo de vida que debían seguir en la Tierra Prometida (Deut. 4:40).

9. Se había ordenado a los israelitas escribir «todas las palabras de esta ley» (Deut. 27:3) en grandes piedras recubiertas de yeso (NTV) cuando cruzaron el río Jordán y entraron en la Tierra Prometida (vers. 1-8). Esto aseguraba que las instrucciones y enseñanzas de Dios serían recordadas y seguidas por las generaciones futuras.

El libro contiene muchas promesas de vida abundante y bendiciones para los que practiquen sus enseñanzas. Siguiendo sus directrices, los israelitas obtendrían una comprensión más profunda de la voluntad y la sabiduría de Dios. Su devoción les proporcionaría mejor salud y los colocaría por delante de muchas naciones (Deut. 4:6, 36; 5:33; 6:18; 7:15; 11:8). Estas instrucciones sagradas proporcionarían un modelo para tener vidas prósperas y exitosas y, por lo tanto, darían al pueblo una guía precisa sobre cómo debían comportarse (Deut. 4:1,40; 5:33; 6:2,24; 8:1; 11:9; 32:47) para disfrutar de sus vidas a plenitud. Con este fin el pueblo necesitaba «oír» y «obedecer» las instrucciones de Dios, lo cual es un tema frecuente en Deuteronomio (Deut. 4:1; 5:1; 6:4; 9:1; 20:3). Las bendiciones de Dios dependen de una estrecha relación con él y de la obediencia a su Ley. En el idioma hebreo, el verbo shamá significa tanto «oír» como «obedecer», porque cuando una persona «oye», a la vez entiende los asuntos de la vida y hace lo correcto y, por lo tanto, sigue las instrucciones divinas y la voz de Dios (Deut. 4:30; 6:3; 12:28; 27:10; 30:2, 8). El Señor aseguró el bienestar de los hijos de Israel, en la medida en que conservaran una relación de confianza y obediencia con él.

EL PROPÓSITO DE DEUTERONOMIO

El libro de Deuteronomio tiene un doble enfoque. En primer lugar, refleja los mensajes bíblicos anteriores y, en el proceso de interpretación de la revelación anterior, comienza una nueva fase ampliando las instrucciones de Dios y proporcionando consejos prácticos sobre cómo vivir en el nuevo territorio que Dios está a punto de dar a Israel.

El libro se orienta hacia este nuevo escenario, es decir, la vida en la Tierra Prometida. Se anticipa a las condiciones de vida cuando el pueblo se asiente y se construyan ciudades fortificadas.

En la introducción se dice por qué se escribió el libro: «Moisés comenzó a explicar esta ley» (Deut. 1:5). La palabra hebrea clave en este versículo es baar, que significa «exponer», «interpretar» o «aclarar» (el mismo término se utiliza en Hab. 2:2).

En segundo lugar, el libro de Deuteronomio tiene el propósito de enseñar al pueblo de Dios a temer al Señor. Moisés se dirige a toda la nación para explicarles cómo temer a Dios y mantener una relación de amor y obediencia con él. Esta intención se subraya dos veces en el siguiente texto: «Harás congregar al pueblo, hombres, mujeres y niños, y los extranjeros que estén en tus ciudades, para que oigan y aprendan a temer a Jehová, vuestro Dios, y cuiden de cumplir todas las palabras de esta Ley. También los hijos de ellos, que no la conocen, podrán oírla y aprenderán a temer a Jehová, vuestro Dios, todos los días que viváis sobre la tierra que vais a poseer tras pasar el Jordán» (Deut. 31:12,13). En sus fervorosas palabras de despedida a los hijos de Israel, Moisés afirma: «Pero ¡cuidado! No olviden jamás lo que Dios hace por ustedes. Cuenten a sus hijos y a sus nietos los gloriosos milagros que él ha hecho» (Deut. 4:9, NBV). Dios no necesita demostrar que es un Señor bondadoso, compasivo y amoroso porque lo ha demostrado una y otra vez en la vida cotidiana del pueblo* al sacar a Israel de Egipto. Su presencia ha suplido todas las necesidades de su pueblo. ¡Qué verdad tan asombrosa! Sin embargo, necesitan ver esto con una mente fresca porque es muy fácil acostumbrarse a ello. No deben olvidar su bondad y deben recordar siempre lo generoso que ha sido con ellos. El espíritu, la belleza y los principios de la Ley de Dios están claramente expresados en Deuteronomio.

CONTEXTO HISTÓRICO DE DEUTERONOMIO

El libro de Deuteronomio comienza intencionadamente afirmando: «Estas son las palabras que habló Moisés» (Deut. 1:1). El testimonio del libro de Deuteronomio señala a Moisés como su autor e identifica a su principal orador y escritor más que cualquier otro libro del Antiguo Testamento (el nombre de Moisés se utiliza treinta y ocho veces en el libro). El libro presenta que Moisés tiene la capacidad de hablar y saber escribir. De hecho, el libro destaca su ministerio como escritor en varios pasajes (Deut. 28:58; 29:20, 21, 27; 30:10; 31:9-13,19,22,24-26). Su actividad de escritor también se menciona explícitamente en otros lugares del Pentateuco (Éxo. 17:14; 24:4; 34:27,28; Núm. 33:2). Esto no excluye el trabajo de un editor o narrador que reunió el material y añadió cuidadosamente el relato sobre la muerte de Moisés (Deut. 34:5-12) y actualizó las notas (Deut. 2:10-12,20-23; 3:9, 11,13b, 14; 4:4i-5:i; 10:6-9; 27:1,9,11; 29:1,2; 31:1,2,7,9,10,14-16, 22-25,30; 32:44-46,48; 33:1,2; 34:1,4),2 y probablemente no la introducción (Deut. i:i-5).3 Moisés pudo haber escrito el libro.

¿Para estas posibles adiciones editoriales, ver Daniel I. Block, The Gos-pel According to Moses: Thhological and Ethical Reflections on the Book of Deuteronomy [El Evangelio según Moisés: Reflexiones teológicas y éticas sobre el libro de Deuteronomio] (Eugene, OR: Cascade Books, 2012), pp. 30,31. Block sostiene que «escuchamos la voz del narrador solo en sesenta y cuatro versículos» (p. 72). Algunas notas editoriales están sin resolver. Para conocer el punto de vista de Block sobre cómo se elaboró el libro del Deuteronomio, ver Daniel I. Block, «Recovering the Voice of Moses: The Genesis of Deuteronomy» [Recuperando la voz de Moisés: El génesis de Deuteronomio], Journal of the EvangélicaI Theological Society 44, no. 3 (septiembre de 2001): pp. 385-408

3 Llama la atención que el preámbulo del tratado de paz entre el rey egipcio Ramsés II y el rey hitita Hattusili III (1259 a.C.) tenga básicamente la misma estructura que Deuteronomio 1:1. Ver Paul Lawrence, The Books of Moses él mismo (Deut. 3i:9,22,24) o haber recurrido a un escriba para escribir sus discursos, su cántico y sus bendiciones. En este caso, el mejor candidato potencial para esta tarea habría sido Josué, ya que fue el ayudante de Moisés (Éxo. 24:13; Núm. 11:28; Deut. 1:38; Jos. 1:1) y su sucesor (Núm. 27:18-23; Deut. 31:7,8,23; 34:9). Paul Lawrence completa su destacado estudio de los tratados del segundo y primer milenio a.C. en comparación con la estructura del pacto reflejada en el libro del Deuteronomio con la contundente afirmación de que «no hay ninguna razón de peso para rechazar la opinión tradicional de que Moisés fue el «autor» del Pentateuco o, al menos, de una parte muy sustancial del libro, siendo Deuteronomio 34, el relato de la propia muerte de Moisés, una clara excepción».2

Moisés tiene 120 años (Deut. 31:2) cuando predica sus tres últimos sermones a Israel, encarga a Josué que conduzca a Israel a la Tierra Prometida, compone un último cántico y pronuncia una bendición para cada una de las tribus de Israel. De la generación de los que vivieron el Éxodo de Egipto solo quedan con vida Moisés, Josué y Caleb (más los que eran niños en el momento del éxodo; ver Núm. 14:28-35). Por lo tanto, el libro de Deuteronomio identifica a’ la segunda generación de los que experimentaron el éxodo de Egipto (alrededor del 1450 a.C.) como la audiencia original de los discursos y acciones de Moisés.5 Según esta cronología, Moisés pronunció sus tres discursos cuarenta años después del éxodo, es decir, en 1410 a.C.

Estos temas proporcionan el marco para nuestro estudio del libro de Deuteronomio, de donde obtendremos la sabiduría para vivir para la gloria de Dios y aprender a ser una bendición para los que nos rodean. Que nuestro estudio de la Palabra de Dios llene nuestro corazón de devoción y ponga en nuestra mente el anhelo de servirlo con fidelidad y gozo. Recordemos que Dios es fiel. Nos ama más de lo que podemos imaginar, y quiere que pasemos la eternidad a su lado. El libro de Deuteronomio nos ayudará a amar, temer y servir a Dios más profundamente, lo cual redundará en satisfacción, felicidad y paz.

1 El concepto de enseñanza aparece en Deuteronomio 1:5; 4:1, 5, 9,10, 14; 5:31; 6:1, 7; 8:3; 11:19; 17:11; 20:18; 24:8; 31:19, 22; 33:10, donde se utilizan principalmente las palabras hebreas lamad, yadá y yarah.

2 Lawrence, Books of Moses Revisited, p. 123. Lawrence también decía-«-‘ ra categóricamente: «Si nuestras conclusiones son ciertas, ha llegado el momento de dejar atrás las limitaciones que la hipótesis JEDP (yahvista, elohista, deuteronómica y autor sacerdotal) Impone a nuestra comprensión del Pentateuco. Las pruebas que hemos considerado apuntan claramente a finales del segundo milenio a.C. como el período en que se escribieron los cinco primeros libros de la Biblia. Por lo tanto, sostengo que también ha llegado el momento de restituir a Moisés como su ‘autor'» (p. 128).

 Para más detalles sobre la fecha del Éxodo de Israel de Egipto, ver Willlam H. Shea, «Exodus, Date of the» [Fecha del éxodo], The International Standard Bible Encyclopedia, ed. rev., Geoffrey W. Bromiley et al. (Grand Rapids, MI: Eerdmans, 1982), t. 2, pp. 230-238.


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