Análisis sobre Romanos 5:18

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Análisis sobre Romanos 5:18

Pr. A. Manuel Rodríguez

Doctor en Teología

 

En primer lugar, leeremos la cita: «Así que, como por la transgresión de uno vino la condenación a todos los hombres, de la misma manera por la justicia de uno vino a todos los hombres la justificación de vida».

Los que creen en el universalismo piensan que, amoroso como es Dios, terminará salvando a todos los mortales. Con esa premisa, utilizan este texto con el propósito de fundamentar su manera de entender el plan de la salvación. Sin embargo, una exégesis cuidadosa de la cita exige que el contexto sea debidamente considerado (Rom. 5:12-21), mensaje mediante el cual

Pablo expone su posición acerca de la salvación.

Comencemos con una traducción literal del texto griego: «Entonces, por que uno traspasó a [eis] todos los hombres a [eis] condenación, así también por un acto de justicia a [eis], todos los hombres a [eis] justificación de vida». La frase «por la transgresión de uno» y «por la justificación de uno», perfectamente podría interpretarse: «Por la transgresión de uno [Adán]», «el acto de la justificación de uno [Jesús]». No utiliza verbos, por cuanto Pablo piensa que el contexto es lo suficientemente claro.

Segundo, deberíamos prestar bastante atención a la preposición griega eis [a, hacia]. En este texto se la utiliza cuatro veces. En dos de ellas introduce el aspecto de la dimensión universal del impacto, las dimensiones de las acciones realizado por Adán y por Cristo «a todos los hombres». En las situaciones restantes presenta los objetivos o resultados alcanzados por ambos, «condenación» o «justificación». Cuando uno combina el uso de las preposiciones, podría pensar que Pablo enseña el universalismo: El acto de Adán condena a todos; a su vez, la acción realizada por Jesús los justifica a todos. Pero, el tema no se agota aquí.

Tercero. El significado de eis en la frase «a todos los hombres» identifica el objeto que recibirá algo. Si hubiéremos tenido un verbo, la preposición hubiese introducido lo que se llama un objeto indirecto, como por ejemplo: «La muerte pasó a todos los hombres» (vers. 12). En el segundo caso expresa la idea de propósito o resultado prometido: «a/resulta en condenación/justificación de vida». El uso de la preposición «a» de suyo no identifica cuál es el propósito señalado que se cumplió o, simplemente, lo está señalando. Eso lo decide el contexto.

Cuarto. El contexto sugiere que la transgresión de Adán, en verdad, afecta a toda la raza humana, acarreando la correspondiente condenación de la humanidad, pero el acto de la justificación de Cristo, aunque su objetivo incluye a todo ser humano, no se trata de un resultado automático. Esto indica que sólo los que «reciben la abundancia de la gracia y el don de la justicia» serán objeto del regalo de la justificación (vers. 17). Aunque la justificación es un don al cual tiene acceso toda criatura, sólo la recibirán aquellos que son conscientes de su necesidad.

Quinto. El universalismo, junto con violar el contexto del versículo, tampoco no utiliza con fidelidad la preposición «a» (eis). Los que defienden este concepto argumentan que el paralelo entre Adán y Cristo requiere de una preposición para que pueda tener el mismo significado en ambos casos. Si en el caso de Adán el propósito realmente se cumplió (su acción trajo como consecuencia la condenación a todos), entonces debe tener el mismo significado con relación a Cristo (la obediencia de él trae como resultado la justificación de todos). Este argumento sólo puede ser válido si voluntariamente ignoramos que la Biblia enseña que algunos inevitablemente se perderán.

Algunos han tratado de evitar la trampa del universalismo argumentando que legalmente todos somos justificados por Cristo, independientemente de que tenga fe o no, pero que cada persona puede rechazar dicha condición si opta estar en contra de Jesús. Esta opinión rompe el paralelo entre Adán y Cristo y, en consecuencia, destruye la lógica consistencia legal del argumento.

Permítanme explicarlo. Nuestra potencial condenación no es algo que podamos rechazar o aceptar. Es una condición inevitable y permanente. Forzando el paralelo entre Adán y Cristo significaría que la justificación de vida que él dio a «todos los hombres» también es inevitable y permanente. Si introducimos la idea de una legal justificación universal que puede ser rechazada, rompe el paralelo sobre el cual se fundamenta el argumento. En consecuencia, Romanos 5:18 no puede utilizarse con el propósito de fundamentar la justificación universal.


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